Evaluar con calidad.


La realimentación en AVA
Wilson Castaño Galviz

Cuando se trabaja en un Ambiente Virtual de Aprendizaje ya deja de existir el profesor frente a sus alumnos, aquí se tienen tutores que guían un proceso de enseñanza en los estudiantes, por tal motivo cada vez que se realice una actividad, por parte de los estudiantes, es importante que el tutor realice la realimentación (esta palabra es la traducción de “feedback” de origen Inglés) para que se vaya mejorando en el proceso, el estudiante se da cuenta, una vez que recibe la realimentación, de que es importante dentro del proceso y que su trabajo está siendo evaluado de una forma seria.
Para realizar un proceso de realimentación de calidad es necesario que el tutor revise con mucho detenimiento el/los trabajo/s entregado/s por los estudiantes, el texto que se escribe al estudiante debe ser analizado y revisado cumpliendo con las normas de la buena redacción, para no generar ambigüedades, el tutor debe explicar elemento por elemento, lo que considera que no cumple con lo solicitado, eso sí, con apego a las rúbricas de evaluación predefinidas o a las recomendaciones o sugerencias, entregadas por escrito, para que el estudiante no diga que no estaba enterado.
La mayor cantidad de quejas de los estudiantes, que se atreven a realizar su proceso de aprendizaje a través de e-learning, es que muchas veces los tutores no revisan los trabajos o que se sienten que no son tenidos en cuenta al momento de hacer un reclamo al tutor, muchas veces por la gran cantidad de estudiantes que el tutor puede manejar o por la carga académica y la cantidad de cursos que está manejando, pero trabajar en e-learning conlleva un reto de compromiso para el tutor.
Las características más importantes y sobresalientes que debe tener el tutor virtual al momento de “atender” virtualmente a sus alumnos son: Cordialidad, entendida como la capacidad de presentarse de una manera amable, manejar las normas de cortesía, en este caso la netiqueta; Confianza, el profesor debe permitir que el alumno se sienta como una persona, no como un alumno o un número o código dentro del proceso; flexibilidad, permitir que se analicen los trabajos pero no llegar a permitir manejo de entregas tardías, ya que esto genera desconfianza y malestar a los otros estudiantes.
Las respuestas que entregue un tutor deben ser oportunas, ya que esto permitirá que la realimentación beneficie el proceso, los estudiantes recibirán una reorientación, en el caso de que no se esté realizando el trabajo como se solicitó, tanto las tareas o trabajos colaborativos como las realimentaciones deben ser coherentes, aquí es muy importante que el tutor haya definido con claridad lo que se espera que se forme en el estudiante, la calidad debe iniciar, para todos, desde el primer día de trabajo.
El tutor debe manejar un discurso, temática y comportamiento muy claro, la información debe llegar a los estudiantes por el canal que se haya predefinido, los foros del cursos, el correo personal solo se debe usar en caso de que la información deba ser de esa manera, de lo contrario se puede agredir a los otros compañeros, hay que tener mucho cuidado porque todo lo que se envía queda escrito y esto puede estar en contra del tutor al momento de las reclamaciones.
Para finalizar, queda decir que el tutor debe ser auténtico, no debe generar falsas expectativas en los estudiantes, una falsa expectativa le puede acarrear problemas serios tanto al tutor como a la institución, todo lo que queda consignado en documentos escritos son pruebas que pueden llevar al fracaso a todo un modelo de enseñanza-aprendizaje, en este caso el tutor se convierte en el interlocutor de la institución para con los estudiantes y su responsabilidad es mayor que en un aula tradicional.